-Muestre a sus pacientes una tabla de bebidas estándar cuando les pregunte sobre su consumo de alcohol para fomentar estimaciones más precisas. Las bebidas suelen contener más alcohol de lo que la gente piensa, y los pacientes suelen subestimar su consumo.
-Aconseje a algunos pacientes que no beban nada, incluidos aquellos que están teniendo problemas de salud que pueden empeorar con el alcohol, están tomando medicamentos que pueden interactuar con el alcohol, están embarazadas o pueden estarlo, o tienen menos de 21 años.
-Aconseje a los pacientes que eligen beber tengan un límite en la ingesta de 1 bebida o menos para las mujeres, y 2 bebidas o menos para los hombres, en el mismo día. Beber a este nivel puede reducir, aunque no eliminar, los riesgos.
La cantidad, la rapidez y la frecuencia con que una persona bebe alcohol son factores que influyen en el riesgo de problemas relacionados con el alcohol.
La cantidad y la rapidez con que una persona bebe influye en: la cantidad de alcohol que entra en el torrente sanguíneo, en qué medida se deteriora y cuáles serán los riesgos agudos relacionados.
Con el tiempo, cuánto y con qué frecuencia bebe una persona influye no solo en los riesgos agudos, sino también en los problemas de salud crónicos, incluidas las enfermedades hepáticas y el trastorno por consumo de alcohol, y los daños sociales.
Puede ser difícil para los pacientes medir e informar con precisión su consumo de alcohol a los médicos, en parte porque las etiquetas en los envases de alcohol generalmente enumeran solo el porcentaje de alcohol por volumen y no el tamaño de las porciones o la cantidad de porciones por envase. Ya sea que se sirvan en un bar o restaurante o en casa, las bebidas a menudo contienen más alcohol de lo que la gente piensa.
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